Puesta en valor cuesta
más de $ 2 millones
Trujillo, Perú. Es conocida como la Capilla Sixtina del Norte Peruano. Este calificativo responde a la calidad y originalidad de su arte religioso, que se sustenta en el colorido decorado interior de sus paredes con murales en alto relieve en los que se diferentes escenas religiosas. Se trata de la iglesia de Angasmarca (Santiago de Chuco), a 12 horas de Trujillo, construida en siglo XVI, de estilo barroco mestizo y declarada monumento histórico.
Para el arquitecto, Humberto Palacios Miró Quesada, la abundante decoración la convierte en un caso excepcional de arquitectura religiosa en las zonas rurales de la sierra del país.
El historiador Miguel Adolfo Vega Cárdenas sostiene que esta iglesia formó parte de la hacienda del mismo nombre, cuyo primer propietario fue el capitán español Martín de Aranda y Porras, edificador de este templo conocido como Nuestra Señora del Rosario de Angasmarca, a mediados del siglo XVII.
En 1707 se hizo un embellecimiento de la iglesia con la construcción de un sagrario y retablos de yeso dorado y policromado, así como el adorno interior con objetos de arte religioso de elevado costo.
En la mitad del siglo XVIII la hacienda la compró el general Martín de Aranda y de la Torre. A mediados del siglo XIX se restauró el interior, quizá el trabajo más importante realizado hasta ese entonces, cuando ya estaba en manos de la familia Porturas y Corral. La reedificación estuvo a cargo del italiano Carlos Antonio Guianni, el 15 de enero de 1852 y concluida por Manuel Carbajal y Juan Calipuy Burgos, el 30 de marzo de 1857.
La hacienda permaneció en propiedad de los descendientes de Martín de Aranda y Porras por espacio de 321 años. Pablo de Porturas y Hoyle fue el último dueño hasta 1970 cuando llegó la Reforma Agraria. En la década del 1980 las hordas terroristas destruyeron la hacienda y parte de la iglesia.
En 2004 este inmueble fue postulado a la Watch de la Word Monuments Fund (WMF) que la incluyó entre los momentos históricos en peligro.
TITÁNICO RETO
Ante esta realidad, en julio de 2008 el arzobispado de Trujillo, firmó un convenio con el Patronato de Trujillo, el Instituto Nacional de Cultura (INC), la minera Barrica y el Comité Pro Reconstrucción de la iglesia, con la finalidad de unir esfuerzos orientados a la puesta en valor de este monumento histórico.
Esto dio lugar a la elaboración del Proyecto Integral de Intervención por parte del arquitecto, Humberto Palacios Miró Quesada, cuyo costo fue de 60 mil soles financiados por la minera. Este documento que tiene tres tomos debe ser aprobado por el INC y luego se iniciará la gestión de los recursos económicos necesarios.
Este proyecto está valorizado en 2 millones 5 mil 332 dólares, con un plazo de ejecución de cinco años. El primer año se invertirá 746 mil 419 dólares, el segundo 549 mil 316 dólares, el tercero 237 mil 24 dólares, el cuarto 237 mil 381 dólares y el último 235 mil dólares.
Estos montos se invertirán en la restauración de los bienes inmuebles (776 mil 342 dólares), los bienes muebles (un millón 139 mil 739 dólares) y 89 mil 250 dólares serán destinados a la capacitación de la población local, a fin de que participe en los trabajos especializados, no sólo durante la ejecución del proyecto, sino también en las labores de mantenimiento; inclusive en trabajos similares que se hagan en el resto de la provincia.
“La iglesia Nuestra Señora de la Asunción es emblemática en el norte del Perú y se encuentra en grave peligro, debido a su avanzado deterioro a causa del paso del tiempo y la acción de la naturaleza”, comentó el monseñor, Ricardo Angulo Bazauri, tras precisar que el valioso arte religioso de esta iglesia es de estilo barroco mestizo.
El presidente del Comité Pro Restauración del templo, Manuel Flores Barbarán, precisó que hace más de 20 años se desplegaron esfuerzos en aras de poner en valor este monumento histórico, conscientes de que contribuirá fomentar el turismo a la provincia de Santiago de Chuco.
• ACCIONES URGENTES
El arquitecto, Palacios Miró Quesada, reveló que los muros laterales tienen un desplome (inclinación) hacia fuera, lo cual le da inestabilidad a la estructura total y a los murales en alto relieve adheridos a las paredes. Esto requiere un desmontaje para estabilizarlos y darles la verticalidad pertinente, reponiendo los adobes faltantes.
Asimismo, se restituirá la torre del campanario que fue destruida a consecuencia del atentado terrorista de los años 90. Asimismo, se resanarán las fisuras internas y externas de las paredes.
El actual techo de calamina será sustituido por tejas de arcillas, material original que tuvo. De igual manera se sacará el piso de cerámica existente a fin de buscar el auténtico. Y se rescatará la pintura mural que estaría cubierta con cal.
Resaltó que la preparación de la mano calificada con personal de la misma localidad es una forma de involucrar a la comunidad en la preservación del patrimonio cultural, como lo hicieron sus antepasados.
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